2 de agosto de 2012

03. "Preparadas, listas, ya."










Lissa salió de su habitación en cuanto oyó el golpe que dio la puerta al cerrarse.
-¿Se ha ido?- preguntó.
-Sí.
-¿Ya puedo gritar?
-Sí- suspiró Alex. Y los chillidos empezaron. Cinco minutos después, Alex ya tenía claro que Lissa tenía una capacidad pulmonar envidiable.
-Ese... era... Harry Styles...- dijo, con intentando recuperar el aliento.
-Ajá.
-¿¡Y de qué coño conoces a Harry Styles!?
-Sinceramente, de nada. Hoy nos hemos chocado en medio de la calle, me ha tirado los libros, los he recogido y me he ido.
-¿Y por qué tenía tu móvil?
-Pues... debió de haberse caído, y como parece ser que al chico este le gusta hacer las cosas sin pensar, lo cogió, te llamó, le diste nuestra dirección, y lo trajo. Fin de la historia. Ah, bueno, fin no, lo olvidaba- Alex miró un segundo a Liss, con una media sonrisa en la cara. Sabía que iba a hacerla feliz.- Será mejor que te sientes.
Ambas se sentaron en el sofá, y Lissa empezó a mirar a Alex, expectante. A ella le entró la risa. Se empezó a reír, y no pudo parar. Al cabo de unos momentos, ya estaba tendida en el sofá, agarrándose la tripa, medio ahogada por las lágrimas.
-Lo... lo siento. Es que esto es tan... surrealista- dijo, intentando parar de reír.
-Pero, ¿qué pasa? Alex, ¡me estás asustando!
-Que vamos a cenar con One Direction- dijo, casi seria.- Vamos a cenar con One Direction- repitió, muy despacio. Miró a Liss. Su cara era todo un poema. Iba a gritar otra vez, lo veía venir, pero a la vez estaba tan estupefacta que no podía ni hablar.
-Oh, dios mío. Oh, dios mío. ¡Lexie, te amo!- gritó, mientras se lanzaba al cuello de Alex, abrazándola.
-Sí, claro, tú me amas. Y yo no soporto a Harry. Todo perfecto, ¿no?
-¿No soportas a Harry? ¿Por qué?- preguntó Liss, separándose de ella.
-Porque es la cosa más odiosa, irritante, creída y egocéntrica que hay en este mundo. Es la clase de chico que va por la vida de sobrado y cree que puede acostarse con quien le dé la gana.
-Pues parecía dulce. Y romántico. Con esa carita que tiene...- dijo Liss, mordiéndose el labio.
-¡Pues no lo es! ¡Es que es tan evidente! ¡Todas esas fotos con todas esas chicas, y todos esos rumores...! ¡No creo que todos sean mentira! Además, hemos hablado poquísimo, pero se le nota. Es que es tan... tan... como Mike.
-¡Sí, como Mike, pero con una cara bonita!- dijo Liss, riendo. Mike era un chico del antiguo instituto de las chicas, por el que Alex había estado algo pillada. Hasta que se dio cuenta de la clase de persona que era.
-Lexie, no creo que sea como Mike. Lo de Mike era excesivo, ¡se folló a todo Manchester!
-Ya, pues imagínate a Harry, viajando por medio mundo, con toda esa fama...
-Y esa cara que tiene...
-¡Pesada! ¿Tú no estabas enamorada de Niall?- le reprochó Alex, sonriendo.
-Yo, de los cinco. Lo que pasa es que Niall... Niall...- dijo Liss, mordiéndose el labio otra vez, y abrazando un cojín. De repente, se puso seria.- Oye, ¿has sido muy borde con Harry?
-¡No! Solo le he dejado las cosas claras. ¿Podemos dejar el tema?
-Claro. Espera, ¿hoy es miércoles, no?- Alex asintió con la cabeza.- ¡Pues mañana tenemos que ir de compras!
-Dios. ¿Y con qué dinero, si se puede saber?
-A ver, sé que tienes unos ahorros considerables, y yo también tengo lo mío. ¡Además, con lo bien que te pagan!
-Boh- contestó Alex. Todas las mañanas trabajaba en una de las bibliotecas más grandes de Londres, que quedaba a unos veinte minutos andando de su apartamento. Ella había escogido la sección infantil, porque le encantaban los niños, y siempre le había hecho ilusión trabajar ahí. Además, no podía quejarse de su sueldo. Aunque a ella no le importaba cuánto le pagaran. Simplemente le gustaba su trabajo, y punto.
-Vale, Liss, mañana vamos de compras, pero no quiero volver a escuchar nada del tema hasta el viernes. Y me voy a mi habitación antes de que me estrese más- dijo. Se levantó del sofá, y se encerró en su cuarto. Cogió su móvil con los auriculares, se tumbó en la cama y cerró los ojos. Se centró en la música.
Se olvidó de todo.
Dejó de pensar.



29 de Septiembre; viernes.


Eran las ocho menos cuarto, y Liss daba vueltas por toda la casa, nerviosa. Emocionada. Estaba lista desde las siete; no como Alex, que aún no había acabado de prepararse. Entonces, ella salió de la habitación, con el pelo ligeramente húmedo y un cepillo en la mano.
-Lo he intentado, pero es imposible. ¿Me peinas?
-Alex, eres imposible. Pon la cabeza hacia abajo- le respondió Liss, mientras cogía el cepillo. Alex obedeció, y toda su melena cayó hacia delante, dejando al descubierto su mecha negra. Era uno de los mechones que iban por detrás de su oreja, y apenas se veía, excepto cuando movía el pelo o cuando se lo recogía. Lissa empezó a pasarle el cepillo por el pelo, suavemente, deshaciendo los nudos.
-¿Qué champú has usado? Te huele el pelo a flores.
-Bah, uno que encontré por ahí.
-¿Te has puesto pendientes?
-Sí, los pequeños brillantes y la bola negra- contestó Alex. Hacía no mucho, se había hecho un segundo agujero en la oreja izquierda, justo del mismo lado donde tenía la mecha, y siempre tenía una pequeña bolita negra que le había regalado su mejor amigo.
-Ya está, puedes ponerte bien- Alex echó todo su pelo hacia atrás con un enérgico movimiento, mientras se lo peinaba hacia atrás con las manos.
-Qué suave está.
-Ya. Oye, ¿tú quieres asustarlos o enamorarlos?- le preguntó Liss, riendo. Alex la miró, sorprendida. Iba como siempre. Llevaba unas Converse blancas y pitillos negros, con su camiseta favorita, la de Nirvana, metida por dentro, ya que le quedaba algo grande. Iba exactamente como siempre, como a ella le gustaba. Lo único nuevo era que se había cepillado el pelo, bueno, había sido Liss, y se había perfilado los ojos de negro, con una línea fina.
Para qué negarlo, ella también estaba emocionada. Al fin y al cabo, por muy mal que se llevara con Harry, esos cinco chicos eran sus ídolos.
-¿Por qué? ¿Muy negro?- preguntó.
-Un poco. Bueno, demasiado. Pero estás preciosa.
-¿Yo? ¿Preciosa? ¡Mira quién habla!- dijo Alex, mirando a Liss de arriba abajo, exageradamente. Ella también llevaba unos pitillos negros, con una preciosa camisa semitransparente con detalles en rosa claro, que le quedaba un poco larga en las mangas, aunque era un detalle encantador. Llevaba unas bailarinas del mismo tono rosa, que se había comprado el día anterior, y se había perfilado ligeramente los ojos. Además, un sutil tono rosa cubría sus labios, haciéndolos aún más apetecibles. Estaba preciosa.
-Anda, ven aquí- dijo Alex, abrazándola. Sabía que estaba muy, muy nerviosa. Y no era para menos, iba a conocer a One Direction. Iba a ver a Niall, por fin.
-Lexie, creo que voy a llorar.
-No, no, cariño, ni se te ocurra- dijo Alex, mientras se separaba de ella y le cogía las mejillas.- Escúchame bien: hoy vas a hacer que a los chicos de One Direction se les caigan las babas, ¿me oyes? Y Niall se va a enamorar de ti nada más verte, como que me llamo Alexandra Rose Gray. Además, con la pinta de romántico que tiene... Y como hoy es un día especial, puedes llamarme Lexie si quieres, que yo te dejo- en ese momento, Lissa soltó una pequeña carcajada. Sabía que a Alex no le gustaba mucho que la llamaran Lexie, el otro diminutivo de su nombre, aunque a ella solía dejarle.- Y no quiero que digas nada sobre mí. Nada de nada. Cuanto menos sepan sobre mí mejor, tampoco quiero que se asusten- dijo Alex, sonriendo.- ¿Está todo claro?
-Sí, señora- contestó Liss. Alex le pellizcó la mejilla.
-Anda, vete a coger la chaqueta, que ya es hora.
Liss fue, y Alex cogió su cazadora de cuero marrón, su favorita. En ese momento, llamaron al telefonillo, y la pequeña pantalla se iluminó mostrando a un señor vestido de traje. Liss salió de su cuarto como una exhalación, y fue a contestar, casi sin darle tiempo a Alex a respirar.
-¿Las señoritas Lissa y Alex?
-Sí, ¡ahora bajamos!
Lissa cogió las llaves, agarró a Alex del brazo y la arrastró hasta el ascensor.
Al salir a la calle, se quedaron impresionadas. Lissa soltó un suspiro, encantada.
-Dios- susurró.
-Hijo de puta. Yo lo mato- musitó Alex.
Segundos después, ambas estaban sentadas en la parte trasera de la gigantesca limusina negra que las había estado esperando.
-Bueno, allá vamos. Preparadas, listas y ya. A cenar con One Direction- dijo Liss. Y las dos sonrieron.

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¡HOLA PRECIOSIDADES!
Aquí está el capítulo 3, jé. Puede que sea algo aburrido, pero tenía que poner uno así, porque... no sé. ¿Para que conozcáis un poco mejor a las chicas, tal vez? Espero que os guste mucho, mucho.
Os quiero xx.
PD: Sé que el gif no viene a cuento, pero tenía que ponerlo. Es mi Niall. ¿A QUE ES LA COSA MÁS ADORABLE DEL MUNDO? Es que lo amo mucho, ya sabéis :3

3 comentarios:

Araceli dijo...

El capitulo es perfecto.
Estoy nerviosa por el siguiente capitulo. Que van a cenar con ellos.
Jajaja :) Por cierto nueva lectora!
Besos

Nadia. dijo...

Hfhfhfgwggahejfifjfhf porfavooooooor necesito el siguiente capítulo!!!,!, que se van a cenar con ellos hfhfhdgsgwueiehfnndgegahauei JAJAJaJAJA un beso:)

Unknown dijo...

Holi iria!
me encanta este blog, es muy bueno en verdad!
podrias pasarte por mi blog? http://loinesperadoesloesperado.blogspot.com/ te sigo, y tu me sigues! es nuevo lo acabo de hacer hoy!
espero que siga siendo tan bueno tu blog;)
bye!